Por July de Sosa
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La época más alegre del año ha llegado ya, es tiempo de reuniones familiares y de amigos, oportunidad propicia para dejar atrás las ofensas y hacer la paz con todos, comenzando por nuestra paz interna. En esta estación del año en la cual se conmemora el nacimiento del salvador del mundo Jesús, aunque los acontecimientos relacionados a ese hecho descritos en la Biblia, no señalen esta fecha como la verdadera, lo cierto es que hubo un día, en nuestra historia, que un ángel anuncio las buenas nuevas para el mundo, exclamando ¡os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor! El acontecimiento más importante que ha existido, el hijo de Dios dejo su gloria para hacerse hombre habitar en medio del pecado, enseñarnos a salir de esa esclavitud y abrirnos puerta ancha en el cielo, con su obediencia y sacrificio en la cruz, hecho sin precedentes, que merece ser recordado no solo en esta época, sino a diario porque gracias a esto, tenemos esperanza de una vida eterna en un nuevo cielo y una nueva tierra, así lo dice el manual bíblico, refiriéndose a un mundo feliz, una suerte de utopía que podemos creer y a la que transitaremos.
Pero también en esta temporada muchos sufren de una “depresión blanca” nombre que se da al estado de ánimo negativo, propio de estas fiestas de fin de año, provocado por varios factores como una silla vacía en la mesa, falta de economía, ruptura de relaciones, añoranza del pasado entre otros. No obstante, los síntomas de este tipo de depresión son fáciles de detectar porque se manifiestan a través de una evidente tristeza, nostalgia, alteraciones del sueño, falta de apetito y desinterés por sonreír. Las personas que están dentro del círculo familiar o amistoso, de una persona que sufre de este tipo de depresión, pueden ayudarles a salir de ese estado, señalando las cosas buenas que tienen en este momento y destacando el hecho de que como parte de la vida tendremos que pasar por situaciones a nuestro parecer no muy favorables, pero aun con eso la vida es un regalo y debemos de vivirla con alegría y agradecimiento, aprovechando cada minuto que la tenemos, lograr que la persona depresiva entienda esto y esta realidad haga sentido en su razonamiento, puede ser el mejor regalo que le podemos dar en esta navidad a la victima de depresión blanca, porque escrito está en la palabra de Dios “somos lo que pensamos” nuestros pensamientos pueden darnos alegría o tristeza, ansiedad o paz. Escojamos pensamientos, siguiendo el consejo de filipenses 4, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo es digno de alabanza, en esto pensad.
¡Aprovechemos! este tiempo para dar gracias por el amor de Dios por la humanidad manifestado en el nacimiento de su hijo Jesucristo quien es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres!
