Palabras que cambian

Si dudas no recibes

POR JULY DE SOSA / MINISTERIO CRISTO COMO PASTOR-CCPAS 

www.ministerioccpas.org  

La duda es algo propio de nuestra fragilidad humana a causa de la mentira existente. Se vuelve normal y casi necesario dudar de las palabras de un desconocido, de la veracidad de un negocio que promete ganancias fáciles y rápidas, o de las promesas de una persona que antes ya demostró ser mentiroso o mentirosa. 

Pero dudar del obrar de Dios cuando no existe ni un tan solo ejemplo de traición de su parte para con quienes se acercan confiadamente presentando su necesidad delante de él, es simplemente descabellado. 

La palabra escrita de Dios rebosa de ejemplos de mujeres y hombres que creyeron y recibieron lo que esperaban de su Señor. La mayoría de los creyentes de este tiempo, aunque yo creo que todos, tenemos al menos un testimonio de haber recibido lo que en oración pedimos en un momento de necesidad. Entonces ¿por qué dudar? de lo que en oración estamos pidiendo y esperando de nuestro Dios, el Dios que no miente y que ha prometido qué si pedimos con fe, no dudando nada recibiremos. La duda aparece cuando dejamos de escuchar su palabra por escuchar el consejo de otros basados en su propio criterio o peor aún cuando creemos que nuestro razonamiento supera al de ÉL.    Pedro uno de los doce discípulos, al escuchar la voz de Jesús diciéndole ven camino sobre las aguas, pero cuando quito su mirada de él, para ver el agua y escuchar su propio razonamiento se hundió, y grito ¡Señor sálvame! Jesús inmediatamente le tendió la mano y, sujetándolo le reprendió diciendo: Hombre de poca fe ¿Por qué dudaste? El pasaje muestra claramente que Pedro confió y creyó en el poder de Jesús, pero a la vez dudo, y fue esa duda lo que detuvo el obrar de Dios aquel momento. Muchos, probablemente estén, al igual que el apóstol Pedro confiando y, a la vez dudando de lo que Dios hará. Y esa duda roba equilibrio y retrasa su mover. Porque escrito está “No dudando nada porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” 

No obstante, cuando pedimos por primera vez el mover de Dios a nuestro favor lo que en lenguaje cristiano se conoce como “milagro” existen obstáculos a vencer como la influencia externa, una propia filosofía de vida creyendo saberlo todo, o simplemente tener un corazón duro e impenetrable por la palabra de Dios. Y, uno más que sin importar si es nuestra primera o décima vez pidiendo puede aparecer es el obstáculo de mantener la fe en el tiempo de espera, ya que sin fe es imposible agradar a Dios. Sin fe perdemos la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no vemos. 

Si usted ha presentado su necesidad a Dios crea solamente y a su tiempo recibirá lo que pide. No de lugar a la duda, confíe en el amor y poder de Dios. 

Es mi deseo para quienes están esperando una respuesta de Dios que lo escrito en el libro de Isaías 26: 3-4. Les abrace. “Tu guardaras en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado” 

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