Por July De Sosa
Ministerio Cristo Como Pastor (CCPAS)
irónicamente el tiempo es lo que más mal gastamos aun conociendo lo efímero que es, ignoramos su paso olvidando que el tiempo perdido es irrecuperable en la mayoría de los casos. El sabio Salomón en su discurso inicial declaro ¡Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo! tiempo de nacer y tiempo de morir…Eclesiastés 3.
Desde el instante que nacemos comienza nuestro tiempo de vivir las diferentes etapas que Dios nos concederá y, nuestra será la responsabilidad de vivir esa vida libre y plena, hasta que pasemos al tiempo de morir. Lamentablemente a menudo sedemos parte importante del tiempo a sentimientos que arrebatan calidad de vida como el odio, enojo, frustración, orgullo y falta de perdón, entre otros. Sin provecho alguno, porque ¿Quién puede apreciar el regalo de la vida alimentando esto? existen muchos casos de relaciones familiares, de amistades y laborales, lastimadas a causa de no aprovechar el tiempo propicio para hablar y evacuar todo desacuerdo, antes de que llegue el tiempo de callar. Cuando decidimos estar en modo paz con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea, es cuando damos importancia al tiempo que estamos viviendo, aunque estemos en una cama convalecientes, en medio de un desacuerdo conyugal, escases económica, o en tiempo de luto. Considero que aprender a conocernos y respetarnos a nosotros mismos es la mejor forma de aprovechar el tiempo porque la vida esta dentro no fuera de nosotros, debemos activar emociones positivas como el agradecimiento por lo que tenemos, el frenesí por las cosas que nos apasionan como ejercitarnos, tocar algún instrumento, practicar un deporte, cantar, bailar, cocinar etc. Esforzarnos en vivir una vida con significado es lo que permite estar dentro del tiempo oportuno de cada etapa de la vida y avanzar hacia la próxima.
No obstante, existen tiempos que preferiríamos no llegaran nunca, pero forman parte de la vida y debemos prepararnos interiormente para afrontarlos y superarlos.
A menudo en reuniones familiares expresamos frases melancólicas como “parece que fue ayer que” y, justo después caemos en la cuenta de que el tiempo ha pasado velozmente, nuestros hijos crecieron, nuestros padres partieron o están por hacerlo a la eternidad, nuestras fuerzas ceden cada nuevo día, pero el tiempo sigue su curso y debemos avanzar con el.
Quiero animarle a que otorgue importancia al tiempo de vida y no lo malgaste consintiendo en su interior sentimientos negativos, perdone las faltas de otros y las propias, haga todo lo que este en sus manos y fuerzas hacer, busque la paz y sígala, abrace la vida, en tanto la tiene, porque también llegará el tiempo de Eclesiastés 9:5-6 Los muertos no saben nada ni esperan nada, pues su memoria cae en el olvido. Sus amores, odios y pasiones llegan a su fin, y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida.
Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría Salmo 90:12