July de Sosa / Ministerio Cristo Como Pastor (CCPAS)
Dios nos creó a su imagen y semejanza, dotándonos de un cuerpo maravilloso que tiene como parte central un cerebro que es el encargado de enviar información al resto del cuerpo para su óptimo funcionamiento. Nuestro cerebro es perfecto porque fue hecho por las únicas manos perfectas que existen, pero nuestra es la responsabilidad de cuidarlo y restaurar los pensamientos negativos adheridos allí, por esto es importante elegir la fuente o forma correcta para hacerlo ya que todos necesitamos estimularlo positivamente; y más en este tiempo de pandemia en el que estamos, aunque muchos son los que piensan que ya paso no es así, el virus sigue presente en medio nuestro y no debemos pasar por alto el distanciamiento social, lavado continuo de manos y uso de mascarilla. Partiendo del hecho que el cerebro almacena además de recuerdos, pensamientos, es vital para nosotros estimularlo correctamente adquiriendo conocimiento de provecho. Se dice que cada vez que aprendemos algo las neuronas forman redes para comunicarse enviando señales unas a otras. Esto se comprueba con el poder de pensamiento que transforma nuestro estado de ánimo, ya que basta con tener un pensamiento nostálgico para comenzar a llorar, un pensamiento chistoso para reírnos o consentir pensamientos de ira para esclavizarnos en amargura. A medida crecemos estimulamos nuestro cerebro positiva o negativamente, por tal razón en la epístola a los filipenses encontramos una luz para estimular correctamente nuestros pensamientos y cuidar el buen funcionamiento del cerebro “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo es digno de alabanza en esto pensad”.
En esto pensad. Definitivamente los pensamientos positivos son la clave para cuidar todo nuestro cuerpo incluyendo el corazón. Jesús enseño que los frutos de una persona hablan de lo que hay en su pensamiento y corazón, diciendo “El hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Ciertamente seguir el consejo de la palabra escrita de Dios ayuda a estimular correctamente nuestro cerebro, lastimosamente muchos son los que erróneamente piensan que seguir el consejo bíblico es religión ignorándolo. Pero comprobado está que los humanos actuamos como pensamos, ejemplo de esto es el caso del comportamiento abusivo de los hombres que menosprecian a la mujer ejerciendo violencia física, sexual o psicología, en contra de ella, los que asesinan o roban, estimulados por el mal, el poder de los pensamientos negativos es lo que hace que la practican del suicidio haya alcanzado la lamentable segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años de edad; los profesionales en la salud mental dicen que a la hora de un suicidio la persona que lo comete experimenta impulsividad y agresividad contra ellos mismos, motivados por el deseo de acabar con su problema, pero no necesariamente con su vida. Que es igual a decir motivados por un pensamiento negativo que con ayuda puedo cambiarse a positivo, por eso es urgente que estimulemos correctamente nuestro cerebro. Esa correcta estimulación tiene el poder de cambiar pensamientos suicidas, por pensamientos que abracen la vida, pensamientos de agresividad por, pensamientos de empatía, pensamientos de dolor físico o emocional, por pensamientos de paz. La buena estimulación cerebral cambiará nuestros pensamientos.
Estimular correctamente el cerebro es decisión de cada individuo y más de quienes sabemos que
Somos hechura de Dios creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. Efesios 2:10.