Por July de Sosa
Ministerio Cristo Como Pastor (CCPAS)
Todos los que hemos confiado nuestra vida al Señor no, deberíamos de preocuparnos en lo absoluto en el tiempo que Dios se toma para responder a nuestras peticiones, porque independientemente de lo que estemos esperando recibir del Señor, su tiempo para nosotros llegará, no antes ni después, sino en su tiempo perfecto. El Señor conoce lo proclive de nuestra naturaleza a restar valor a lo que no, nos cuesta, debe de ser esa la razón por la cual no adelanta su respuesta. No obstante, como humanos nos cuesta sincronizar con el tiempo perfecto de Dios conocido como Kairós que significa momento adecuado u oportuno. porque nosotros nos desarrollamos en el tiempo cronos, tiempo cuantitativo de los días, y el fruto de la paciencia no terminamos de desarrollarlo, queremos las respuestas instantáneamente, porque hemos sido enseñados en que tiempo es lo menos que tenemos, sin embargo, al Señor eso no le preocupa porque él, es el dueño del tiempo y todo lo que desea con cada uno de nosotros se cumplirá. Sin embargo, la vida aquí en la tierra no es fácil para nadie, cuando de crisis se trata no hay diferencia entre ricos y pobres, sabios o iletrados, sufrimos todos, porque nadie puede escapar de los malos tiempos, que como parte de la vida tendremos que experimentar.
La Biblia proporciona en el evangelio de Lucas capitulo ocho y versos del cuarenta al cincuenta y seis, un claro ejemplo de lo que es sincronizar el tiempo Kairós del Señor con nuestro tiempo cronos, esta historia relata que Jesús caminaba y las multitudes lo rodeaban, entre esa aglomeración, estaba un hombre llamado Jairo, quien tenía una hija de doce años enferma y estaba allí esperando pedirle a Jesús que la sanara, también estaba una mujer que desde hace doce años sufría de hemorragias, sin que nadie pudiera sanarla, acercándose a Jesús por detrás toco el borde de su manto y al instante la hemorragia ceso y aquella mujer quedo sana, el tiempo de Dios sincronizo con el tiempo de ella, mientras tanto el pasaje muestra que a causa de ese milagro, Jairo tuvo que esperar un poco más para recibir lo que esperaba, en ese tiempo de pausa, llego al lugar un mensajero de su casa diciéndole “tu hija ha muerto ya no tiene sentido que molestes al Maestro” ¡Que frustración! Debió haber sentido aquel padre que buscaba un milagro para su hija; y mientras aquella mujer celebraba su sanidad Jairo, probablemente batallaba con la duda disfrazada en un “hubiera” si aquella mujer no hubiera detenido los pasos de Jesús al tocar su manto, yo quizás “hubiera” podido llegar a tiempo de presentar mi necesidad. Cuando esperamos y las cosas a primera vista no salen como deseamos podemos pensar que al igual que a Jairo alguien más se metió y arrebato lo que era para nosotros, pero eso definitivamente no es así, lo cierto es que el Dios de la Biblia ha prometido ayudarnos en cualquier necesidad, pero la condición es, acercarnos confiadamente a su trono de gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más lo necesitemos. Hebreos 4:16.
Los personajes de la historia son ejemplo de esta promesa, ellos se acercaron, confiaron y recibieron, la mujer fue sana de la hemorragia, la hija que había muerto, volvió a la vida cuando Jesús lo ordeno, aunque para el tiempo de aquel padre ya era muy tarde.
Quizá usted este esperando una respuesta del Señor y a su parecer esta tardando mucho, le animo a que recuerde que Dios no responde en nuestro tiempo y prisa, él tiene su tiempo para realizar el milagro de sanidad, restauración familiar, de provisión financiera u, cualquier otro. Nosotros sus hijos debemos de confiar, porque, aunque a nuestro parecer tarde, no es así, todo cumple un plan maravilloso en él, aún su promesa de regresar 2 Pedro 3:9 “El Señor no tarda en cumplir su promesa según entienden algunos la tardanza. Más bien él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan” Siga esperando el tiempo de Dios confiando en su fidelidad y cuando llegue porque llegará, no olvide dar las gracias.
¡Feliz semana!