Palabras que cambian

La felicidad está dentro, no fuera.

Por July de Sosa 

Ministerio Cristo Como Pastor (CCPAS) 

De niños transformábamos en juguete un cojín, un palo de escoba, una yarda de hule, o un pedazo de cuerda etc. Porque la felicidad estaba dentro nuestro, no dependía del juguete, sino de nuestra imaginación y libertad para inventar. Lamentablemente mientras crecíamos fuimos persuadidos por la mentira que la felicidad está en el tipo y costo del juguete a usar un Smartphone, pantalla Smart TV full HD, una casa grande o el carro más de moda como una Jeepeta entre otros. 

Así en alguna medida nos fuimos acostumbrando a buscar la felicidad fuera de nosotros, en una pareja, hijos, metas alcanzadas, o proyectos realizados, olvidando que la felicidad está dentro como nuestra vida misma. De hecho, las personas que han comprendido esto abrazan su felicidad así estén enfermos, presionados, desempleados, divorciados, o de luto. Ya que la felicidad no es algo que se nos da como efecto de algo considerado bueno, sino  fruto de  lo que trabajamos cotidianamente, ejemplo de esto son los momentos en los que tenemos problemas de cualquier tipo, el resolverlos nos da tranquilidad, pero no felicidad esta, la sentimos cuando en medio de lo negativo mantenemos activo lo positivo. Los cristianos tenemos la bendición que la presencia de Dios está siempre con nosotros, aunque en ocasiones podríamos no sentirla, sigue siendo un hecho que allí está y, basta con clamar a ÉL para que sintamos su respaldo y cobertura.  El Salmista declaró: “En su presencia hay plenitud de gozo”  

La felicidad puede confundirse con placer, pero los Psicólogos dicen del placer que es una emoción superficial, no así la felicidad, por ejemplo: para los que al igual que yo, son amantes del buen café, tomarnos una tasa caliente de una buena cosecha, da placer, pero esto dura lo que dura el café en la tasa. La felicidad no depende del placer de los sentidos. Sino más bien de vivir una vida significativa dándole el debido aprecio a cada día. Porque escrito está. “cada nuevo día es creado por las manos de Dios” y aunque escrito esta también que cada día trae su propio mal. El amor de Dios y las capacidades que ha puesto en cada uno de nosotros, son suficientes para defender nuestra felicidad acosta de lo que sea, aunque esto implique terminar con relaciones toxicas. Ciertamente la vida es un regalo de Dios y se nos ha prestado para que la disfrutemos haciendo uso del dominio propio viviendo a la manera de Dios, restándole importancia a lo que los demás piensen o digan de nosotros por sus propios prejuicios envidias, señalamientos, u cualquier pensamiento basado únicamente en su propio parecer, y no a nuestra realidad delante de Dios. Esto es lo que pienso que motivo a Dios el decir que cada uno dará su propia cuenta y se atribuyó únicamente a ÉL, el poder para juzgarnos.  Conociendo esto, es preciso que cada uno se examine y exponga delante de Dios sus propios errores y pida perdón por ellos, para recobrar la paz en su interior que es la base para estar en modo de felicidad. 

En esta etapa de incertidumbre y estrés en la que el mundo entero está a causa de la pandemia que continua, azotando, nuestra economía, salud y vida. Considero urgente que nos reenfoquemos y activemos la positividad dentro nuestro, y hagamos del agradecimiento a Dios nuestro pan de cada día. Porque el estar en paz, positivos y agradecidos. A eso se le llama ¡felicidad!  

SHALOM 

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